19 · La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne

Sinopsis

Escritor influido por Edgar Allan Poe y Daniel Defoe, y cuya obra lo acerca a Víctor Hugo y Alejandro Dumas, Verne especuló filosóficamente sobre los derechos del hombre, la justicia que vence a la muerte y el sometimiento a los ideales mediante la construcción de arquetipos universales como el capitán Nemo a bordo del submarino Nautilus, el capitán Aterras, el rebelde Robur y, muy especialmente el hierático y caballeroso Phileas Fogg, protagonista de La vuelta al mundo en 80 días.

Mi humilde opinión

La vuelta al mundo en 80 días es un libro cuya narración es excesivamente detallista en cuestiones referidas a los medios de transporte utilizados, la hora de llegada, la hora de partida y los lugares transitados. Aun así no me ha parecido lo suficientemente tedioso como para abandonar la lectura. Todo lo contrario, estuve sumergida en su lectura queriendo saber cómo se sucederían los próximos hechos porque con cada página la aventura es más arriesgadas y los contratiempos que se presentan en el viaje iniciado por Phileas Fogg y Jean Passepartout  a cada paso, un tanto más complicados de resolver.

Hace un par de años vi varias veces su adaptación cinematográfica y me encontré con un libro que en sus hojas escondía una historia diferente de punta a punta. Tal vez este fue un punto a favor porque comencé creyendo que simplemente repasaría aquellas escenas que guardaba en mi memoria pero en cuanto leí unas pocas paginas me di cuenta que eso no estaba ocurriendo. Entonces quería saber cómo seguía el verdadero viaje de Phileas y Jean.

Vaya sorpresa. Jean Passepartout ya no podía ser Jackie Chan porque este personaje en el libro era francés y no decía absolutamente nada de ascendencia china ni nada por el estilo.

Desde la aparición de Passepartout hasta el final de la historia no hay punto de comparación entre la película y el libro. Desde ya, que haber visto la película me llevo a elegir el libro, porque me gustaba ver el gran viaje, la locura, el alboroto y las escenas tan disparatadas que se sucedían en la televisión. Fue una gran sorpresa ver tantos cambios. Pero hasta aquí la sorpresa, porque fue grata. Son dos historias, ambas en un formato diferente, pero agradables a su manera.

El libro está lleno de descripciones, especialmente en el comienzo de los capítulos. Si nos enfocamos en los diálogos, estos son muy buenos porque los personajes están bien definidos y responden siempre fiel a su estilo.

Es increíble como la imagen calculadora y fría de Phileas se enfrenta en el viaje con su otro “yo” valiente y leal mientras es impresionante como Jean defiende a su amo pensando en todo momento que su señor es incapaz de actuar de mala fe.